Su esencia son las emociones que se generan cuando se percibe la belleza y pureza de un elemento frágil. Algo maravilloso de este vino, es su nivel de intensidad y nitidez en contraposición a la delicadeza de sus aromas. Quizá el Cabernet menos Cabernet del planeta una auténtica joya y un viaje inolvidable al lado más frágil y resiliente del Valle de Guadalupe.
El Perfumista es un Cabernet Sauvignon 100% proveniente de una selección de hileras de viñas viejas de 80 años, que habitan en los arenales del río seco, son suelos de arena muy gruesa, llenas de cuarzo blanco, con un drenaje muy rápido y que al estar pegadas al río seco, enfrentan el viento marino de forma directa que las refresca, pero a la vez las deshidrata; y es en esta austeridad, donde el agua se vuelve un anhelo, que se gesta el carácter y la intensidad, no hay energía para el color o los taninos, y toda su expresión se vuelca en aromas, como una melodía maravillosa dispuesta a seducir a todos los que nos acerquemos a ellas.
Es un vino de color rojo rubí muy cristalino y brillante.
su nariz es realmente sorprendente, por su pureza y nitidez, con notas de rosas rojas y fresas maduras muy intensas, es imposible no sonreir y sentir como las memorias se vienen a la cabeza, no se si por los elementos romanticos que evoca, como las rosas y fresas, pero realmente es cautivador. Después podemos ver como abre y se va volviendo más complejo, con ligeros tonos de casis y dejos de hierbabuena y pétalos de rosas rojas secas.
En boca estos aromas se traducen muy bien a sabores que confirman la lectura, su acidez es tartárica en el frente de la boca, casi sedosa por sus taninos de piel de Uva y con un punto de ligero amargor que nos recuerdan a piedras húmedas de río que le dan un final largo y persistente, donde los aromas vivan más tiempo.
Es un vino de color rojo rubí muy cristalino y brillante.
su nariz es realmente sorprendente, por su pureza y nitidez, con notas de rosas rojas y fresas maduras muy intensas, es imposible no sonreir y sentir como las memorias se vienen a la cabeza, no se si por los elementos romanticos que evoca, como las rosas y fresas, pero realmente es cautivador. Después podemos ver como abre y se va volviendo más complejo, con ligeros tonos de casis y dejos de hierbabuena y pétalos de rosas rojas secas.
En boca estos aromas se traducen muy bien a sabores que confirman la lectura, su acidez es tartárica en el frente de la boca, casi sedosa por sus taninos de piel de Uva y con un punto de ligero amargor que nos recuerdan a piedras húmedas de río que le dan un final largo y persistente, donde los aromas vivan más tiempo.
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